Depositar el poder democrático de vuelta a la ciudadanía es prerrequisito para que se lleve a cabo una profunda reforma para cambiar de fondo y sin maquillajes las bases, los principios, las instituciones, los procesos y las formas de concebir y hacer la política y de ejercer el poder.

La frontera norte es un lugar de encuentro para los mexicanos venidos de toda la nación. Tenemos que redefinir nuestras relaciones con el centro del país y concretar un federalismo moderno, honesto, incluyente, y sobre todo, que acerque a la sociedad a la tarea de gobernar.

Es necesario desarrollar una política exterior ágil, influyente, prospectiva en lugar de reactiva, que defienda el interés nacional a la vez que procure el desarrollo humano integral, y la paz y seguridad internacionales.

Es nuestra convicción que la política social debe trascender el ámbito temporal y funcional de la administración pública, involucrando a los otros niveles de gobierno, a los partidos, a las organizaciones sociales y al conjunto de la sociedad.

Impulsaremos la reforma al marco jurídico para garantizar la protección y restauración de áreas naturales, y la conservación e impulso de la biodiversidad, realizando acciones que las hagan compatibles con el desarrollo económico y social de las comunidades que las habitan.

Debemos encontrar opciones y alternativas factibles, como la diversificación de la actividad económica, que permitan afrontar la desigualdad económica que impera en México para lograr un crecimiento sostenido y sostenible, que considere una redistribución más justa y equitativa de la riqueza generada.